martes, 22 de enero de 2019

Cicatriz




El 25 de Noviembre de 2018 fue quizá el día más lindo y a la vez más difícil que he vivido hasta ahora. Después de dar a luz de forma natural a mi hija y tenerla por unos segundos en mis brazos, la noche más oscura de nuestra familia se asomó trayendo dolor y confusión.

Las doctoras y enfermeras en mi sala hacían todo lo posible para sacar la placenta, pero parecía que ella se estaba aferrando sin compasión a mi cuerpo. Poco a poco me estaba desangrando y mi vida empezaba a pender de un hilo. Lo que debía ser un momento precioso al lado de mi hija y mi esposo terminó en un quirófano sintiéndome más muerta que viva.

El resultado: una histerectomía parcial que me dejó sin útero, sin la posibilidad de tener más hijos y una transfusión de sangre para suplir todo lo que perdí. Levantarme al otro día en cuidados intensivos no era el plan que tenía para iniciar mi maternidad y que mi esposo tuviera que hacerse cargo solo de las dos al tiempo tampoco.

¿Pero qué pasó exactamente? Resulta que la placenta echó raíces en una vieja cicatriz que tenía en mi útero. Los que me conocen y han leído mi blog o visto alguno de mis videos saben que pasé por tres cirugías para sacar unos miomas que se alojaban allí. El principal estaba ubicado en el lado derecho de mi útero. La placenta suele agarrarse de algo y en este caso lo hizo de ese lugar que se encontraba dañado. No puedo explicarles con exactitud pero lo que entendí es que echó unas raíces tan profundas que hizo un hueco, ese hueco provocó la pérdida de sangre y finalmente desencadenó en sacarlo todo para poder seguir viva.

El proceso de recuperación no ha sido sencillo y las heridas emocionales están, pero les aseguro que nada es en vano cuando estamos de la mano de un Dios tan poderoso como en el que creo. El punto es que Dios no se queda con nada y en medio de las tempestades tiende hablar con más claridad a nuestras vidas, porque si bien lo puedes sentir lejos de la barca él está allí.

Hoy recuerdo lo que dice Hebreos 12:15 “Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos”, en este caso la placenta echó raíz en un lugar amargo, en una cicatriz del pasado causando daño que terminó trayendo infertilidad parcial a mi cuerpo. Tal cual como cuando dejamos que el odio, la falta de perdón, el dolor, la autoconmiseración y tantas cosas que no nos hacen bien se vuelvan tan profundas que lo que era una cicatriz se convierte en un hueco donde la peor amargura brota, se reparte en nuestras vidas y las de otros trayendo infertilidad en el Reino de Dios y en todo lo que hacemos.

Por eso parte de mi sanidad ha sido pedirle a Dios que no deje que el dolor por la pérdida me haga una mujer llena de amargura, que me ayude todos los días a disfrutar del milagro de mi hija y que me recuerde agradecer por no irme a su presencia antes de tiempo sin cumplir la totalidad de su plan.

Hoy pido que sea cual sea la situación que estés viviendo o que vivieras en el pasado puedas entregarla a Dios para que ninguna raíz termine dañando tus relaciones, propósito o tu propia vida. Que el agradecimiento en la dificultad sea tu canción de guerra, el amor por Dios tu seguridad y la gracia expresada en Cristo tu esperanza.

10 comentarios:

  1. Lu, te admiro montones, siempre serás un ejemplo de constancia, fe y amor, de creer, de luchar y de avanzar. gracias por tu vida y por tu testimonio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, no ha sido fácil pero sin duda caminar con Dios siempre aligera la carga.

      Eliminar
  2. Que bonito testimonio y que lindas palabras llegan a mi ❤️

    ResponderEliminar
  3. Wow Luu, recién lo pude leer, que fuerte! Pero a la vez que gran testimonio! Espero de xorazcoque sres super bien, que puedas disfrutar a pleno cada día junto a tu hija y marido! Dios tiene altos propósitos con vos, con ustedes y los va a cumplir!!! Un abrazo gigante y muchas bendiciones!!!

    ResponderEliminar
  4. Eres una mujer fuerte y valiente dandobun testimonio de fe impresionante

    ResponderEliminar
  5. Hola Lucy, tremendo. Gracias por compartir tu historia y enseñarnos a confiar descansar en Dios, perdonar, tener esperanza, estar agradecidos y ver lo bueno.

    Ese día fue nuestro primer aniversario, ya no voy a olvidar q es el mismo día de cumple de tu hija.
    Te mando un gran abrazo y espero que te recuperes por completo muy pronto.

    ResponderEliminar
  6. Lu, eres muy muy fuerte, es una bendición la familia que tienen, Cami y tú, con la ayuda de Dios y tus papitos, unidos han logrado superar momentos difíciles.
    El nacimiento de la princesa ilumina ahora su hogar y en la medida que crece los va a llenar de alegría y momentos inolvidables.
    Dios los siga acompañando siempre siempre...
    Los queremos mucho.

    ResponderEliminar
  7. Lucia.. quede en shock.. por un lado me alegro de todo corazon la precioss hijs q Dios les ha dado... me imagino a ti de mama y siento ternura. Y x el otro q prueba tan fuerte acabas de pasar.. claro q estaremos orando x ti para q tus cicatrices piedan sanar a otros. Un abrazo y se le extraña. Jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, espero que todo vaya bien estos días precisamente te he pensando.

      Eliminar