lunes, 12 de marzo de 2018

¿A qué le tienes miedo?

Yo le tengo miedo a varias cosas. Me dan miedo las gallinas, la anestesia general, los mimos, las películas de Jurassic Park y las calles que son muy oscuras. Estos miedo pueden parecer absurdos pero me acompañan desde hace años. 

También he luchado contra el miedo al fracaso, a ser demasiado vieja para alcanzar sueños pendientes, y durante mucho tiempo he vivido con el miedo que alguno de los "líderes" mundiales, oprima el botón que acabe con la humanidad o por lo menos la deje en un estado terrible. 

Pero como siempre Dios tiene respuestas en su palabra frente a cada situación y con este tema del miedo no sería la excepción. Leyendo la historia de Pablo en Hechos de los Apostoles 24, cuando está preso y su proceso legal lo está llevando Felix, comprendí con mayor exactitud lo que dice Mateo 10:28 "No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma. Teman solo a Dios, quien puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno" (NTV). 

Felix sentía miedo cada vez que Pablo le hablaba del juicio final y le pedía que se callara. Si bien disfrutaba la buena noticia del evangelio y le parecía interesante, verse confrontado con sus pecados y errores le hacía sentir un miedo tremendo. Lo triste es que ese miedo fue más fuerte que las buenas nuevas del evangelio que Pablo le compartió. 

¿Cuántas veces nos pasa eso a nosotros? ¿Cuántas veces hemos vivido bajo el miedo de ser castigados? Pablo le estaba presentando a Felix lo que hoy yo te presento: a Jesús que fue a la cruz a morir por tus pecados, que quiere darte un perdón inexplicable a los ojos humanos y su amor incondicional por la eternindad a través de algo que se conoce como la gracia. A Jesús que resucitó y que te hizo libre del poder de la muerte. A Jesús al que solo necesitas decirle que entre a tu corazón. 

Tenemos la opción de vivir con miedo o de elegir la confianza en un padre que nos ama y nos dio todo para acercarnos a él. No sé cuál sea tu miedo, pero recuerda no puede seguirte dominando más. Solo debes temer a Dios y ese temor más que alejarte de Él debería acercarte. 

Esta semana el reto es sencillo, cada día entrega tus miedos y déjate amar incondicionalmente por Dios. Hay mucho amor en Él para ti y su perfecto amor siempre echará fuera el temor. 

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