martes, 22 de agosto de 2017

Peregrinos



Ph. Camilo Fierro 


Sentir la libertad a través de un recorrido sencillo, experimentar gozo mientras vas por el camino. Así se siente cuando dejas de lado los miedos y te arriesgas a enfrentar tu destino. Cuando por fin reconoces que eres solo un peregrino, tu corazón cambia al instante y de tu mente se aleja el ruido.

Y es que no vinimos al mundo a vivir con temor, mucho menos a quedarnos lamentándonos de todo aquello que nos pasó. Vinimos con un propósito dado por alguien superior y en su voluntad perfecta es donde hallamos paz y descanso en medio de tanto rencor.


viernes, 4 de agosto de 2017

Lo desconocido




 Estando aquí en Dallas descubro cada vez más cosas, no hablo de lugares o de comidas, me refiero a cosas en mi corazón, ese que parecía estar perfecto y que ahora fuera de su zona de confort no lo está tanto. 


Cuando estamos lejos de lo conocido, todo lo que hacemos y somos varía. Es como si un terremoto muy fuerte desacomodara todo alrededor y por obvias razones debes reconstruir. No se trata de un tema de coherencia, ni que allá fueras uno y acá otro, solo que te expones tanto con tu fragilidad que ese encuentro frente a frente con ella te hace ver de qué estás hecho y qué te falta. 


Nunca he estado más feliz como ahora. Es como si un rompecabezas nuevo comenzara armarse en cada camino que recorro y a través de cada persona que conozco, me encuentro con lo peor de mí pero a la vez me reencuentro con lo mejor que tengo. Mientras más me alejó de lo desconocido suelto las máscaras que creí me protegían, entre más me alejo me gusta más como Dios me creó. 


No creo que sea necesario irse de un lugar para vivir lo que estoy viviendo, para cambiar no se necesita tomar un avión y vivir muy lejos, se necesita decisión, alejarse de la zona de confort, dar un salto a las mentiras y sonreírle un poco a tu propio corazón. Se necesita coquetearle a nuestra alma, preguntarle cómo está, arriesgarse sin temores y hacer Su voluntad (la de Dios). 


Por años hemos estado armando nuestras historias basados en lo que otros nos dijeron que debían ser, pero ignoramos lo que nuestro creador quería en esencia que fuéramos, escribimos libretos basados en las vidas de otros pero tememos escribir nuestra historia. 


Vivamos un día a la vez, un día tras otro aprendiendo que ser nuestra mejor versión es la mejor manera de darle gracias a Dios por el regalo de estar vivos. Veamos lo desconocido como la mejor oportunidad.