¿Qué es ser trabajador social? Esa era la típica pregunta
por el 2003 que rondaba nuestras mentes y las mentes de las personas conocidas
que les costaba creer que eso era una carrera profesional. De hecho para
algunos era casi una novedad saber que para serlo había que estudiar.
Para algunos anticipados un trabajador social era ese que repartía
mercados los fines de semana con la iglesia y otros más arriesgados se juraban
trabajadores sociales por el servicio social que hicieron en once en el colegio
y algunos se atrevían asegurar que nosotros jamás trasnochamos como en otras
carreras.
Todos estos imaginarios rodearon nuestra formación y con el
tiempo siguen dando vueltas en el ejercicio de la profesión y en las cabezas de
algunos que ven el trabajo con el ser humano como algo que se necesita, pero que
no merece la remuneración de aquel que trabaja frente a una máquina.
Nuestras luchas con el asistencialismo, leer a Ezequiel Ander
Egg, las fundaciones, las historias dolorosas de la comunidad, las experiencias
trabajando en cárceles, los sueños de otros y la coraza del corazón llamada
objetividad etc… era casi el diario vivir que nos preparó para ser llamadas de
esta manera.
Pero nunca he visto alguien más entregado a una sociedad
necesitada, no he conocido aún alguien más idealista y lector, no he conocido
aún alguien más dispuesto a dejar de lado su propia vida que un Trabajador
social, formado para ayudar de una manera efectiva mucho más allá de la simple
asistencia inmediata, siempre con el profundo sentir de elaborar procesos
radicalmente trasformadores y vivenciales para cada ser humano que llega a
conocer.
A todos ellos, a los que como yo decidimos tomar otro rumbo
pero conservamos cada valor aprendido en lo que ahora hacemos, a los que se
decidieron del todo por esta profesión. A mis amigas investigadoras
insaciables, a las que en el exterior hacen historia, a los hombres que nos
acompañaron y ahora dan todo por la sociedad, a las que trabajan por un país
distinto, aquellos que siguen buscando cambios en las comunidades, a ustedes
creativos sociales y transformadores. A los que dejaron sus familias por ir a
lugares apartados para implementar proyectos sociales.
A todos ustedes mis
colegas y amigos Trabajadores sociales mis sinceras felicitaciones en este día.
Sigamos creyendo en un mundo posible para cada ser humano, un mundo con
equidad, valores, incluyente y distinto. A cada uno en lo que haga un pequeño
homenaje.