La Biblia nos dice en 1 de Tesalonicenses 5:11 que
debemos animarnos entre nosotros. En Hebreos 3:13 habla exhortarnos y finalmente
en proverbios 11:14 nos recomienda buscar consejo. ¿Pero qué dice de las
opiniones? En realidad, no mucho.
Por años he buscado ayudar a todos los que puedo. Me
encanta ver a la gente bien y quisiera mover cielo y tierra cuando alguno de
mis amigos sufre. Y esto no está mal, el problema es que en ocasiones olvido
que no soy Dios y me convierto en una opinadora de la realidad de los que
buscan esa ayuda.
Desde hace un par de meses, he venido despertando mis
ojos y mis oídos a esta realidad. Puedes verlo en las redes sociales, en las
familias, en las noticias, en todo lado. Todos tienen una opinión sobre los
demás o sobre las cosas, y esto nos está llevando a un ciclo interminable de
jugar a ser Dios juzgando todo lo que nos rodea.
Siendo esta la última estrategia que quiero presentarte
para que continuemos en nuestra carrera como cristianos, quiero retarte a
opinar menos y bendecir más. ¿Cómo vamos a bendecir? Simple: cada que tengas
ganas de criticar lo que una persona hace vas a verlo con los ojos de Jesús. En
vez de sacar un montón de palabras en su contra vas a orar por esa situación.
Si tienes la posibilidad y consideras que es el tiempo vas a animar, a exhortar
o si te lo piden vas a dar un consejo. Todo lo anterior sin proferir una sola opinión
del asunto. ¿Difícil? Sí, pero no imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario