Leer es una de las
cosas que más me gusta hacer en la vida. Siempre he contado que ver a mi mamá
leyendo con tanta pasión hizo que yo me enamorara de ese hábito y que no lo
soltara jamás.
En mi primera carrera leí
todo tipo de libros. Para formarme como Trabajadora Social tuve que pasar largas
horas conociendo muchas disciplinas y pensamientos; por 8 semestres estuve
tratando de entender un poco mejor a los seres humanos con los que iba a trabajar,
y a la par me conocí un poco mejor entre tantas interesantes teorías.
Pero llegó un punto en
mi vida donde tanto conocimiento ya no llenaba ni lograba explicar muchas cosas
que estaba viviendo a mi alrededor. Empecé agotarme y comprendí un poco mejor lo
que Pablo dice en Filipenses 3:8 “es más, todo lo considero pérdida por razón
del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he
perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo” (NVI)
No estoy diciendo que leer
libros sea malo, de hecho, lo sigo haciendo y me encanta. Pero esta semana y
como parte de las estrategias que estamos recorriendo juntos quiero motivarte a leer con un propósito: conocer más a Jesús, y es en la Biblia donde desde el principio vamos
a hallar todo sobre él.
Hoy te invito a leer la Biblia,
a que le pierdas el miedo y que la recorras sin prejuicios ni voces que te
dicen que es un libro antiguo que no aplica para estos tiempos. Si nunca lo
haces o dejaste de hacerlo por la razón que sea ¡dale una oportunidad!, si ya la
lees y estás en ese proceso de descubrirla, pídele a Dios que te lleve a
disfrutarla como el más delicioso bocado diario que te puedes llevar a tu corazón.
La Biblia nos
transforma, es palabra de Dios, es vida, es gracia, es libertad. Es mas
sencilla de lo que nosotros mismos la hemos vuelto y más sabia que cualquier
autor que podamos descubrir en la más preciosa biblioteca. Cuando te enamoras
de ella no la quieres dejar de leer y es posible que se convierta en él único
libro que día tras día a pesar de haber leído la misma historia quieras volverlo
a recorrer.
Señor, te pedimos que
nos des amor por tu palabra. Que podamos cada día disfrutarla como parte
esencial de nuestras vidas. Que se convierta en uno de nuestros más poderosos
refugios cuando no sabemos a donde ir o cuando todo parece estar perfecto.
Danos sabiduría para entenderla y más de tu Espíritu Santo para comprender lo
que nos quieres enseñar. Que podamos conocer más de Jesús y disfrutar mucho más
de su compañía a través de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario