lunes, 12 de febrero de 2018

Un dulce bocado diario


Leer es una de las cosas que más me gusta hacer en la vida. Siempre he contado que ver a mi mamá leyendo con tanta pasión hizo que yo me enamorara de ese hábito y que no lo soltara jamás.

En mi primera carrera leí todo tipo de libros. Para formarme como Trabajadora Social tuve que pasar largas horas conociendo muchas disciplinas y pensamientos; por 8 semestres estuve tratando de entender un poco mejor a los seres humanos con los que iba a trabajar, y a la par me conocí un poco mejor entre tantas interesantes teorías.

Pero llegó un punto en mi vida donde tanto conocimiento ya no llenaba ni lograba explicar muchas cosas que estaba viviendo a mi alrededor. Empecé agotarme y comprendí un poco mejor lo que Pablo dice en Filipenses 3:8 “es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo” (NVI)

No estoy diciendo que leer libros sea malo, de hecho, lo sigo haciendo y me encanta. Pero esta semana y como parte de las estrategias que estamos recorriendo juntos quiero motivarte a leer con un propósito: conocer más a Jesús, y es en la Biblia donde desde el principio vamos a hallar todo sobre él.

Hoy te invito a leer la Biblia, a que le pierdas el miedo y que la recorras sin prejuicios ni voces que te dicen que es un libro antiguo que no aplica para estos tiempos. Si nunca lo haces o dejaste de hacerlo por la razón que sea ¡dale una oportunidad!, si ya la lees y estás en ese proceso de descubrirla, pídele a Dios que te lleve a disfrutarla como el más delicioso bocado diario que te puedes llevar a tu corazón.

La Biblia nos transforma, es palabra de Dios, es vida, es gracia, es libertad. Es mas sencilla de lo que nosotros mismos la hemos vuelto y más sabia que cualquier autor que podamos descubrir en la más preciosa biblioteca. Cuando te enamoras de ella no la quieres dejar de leer y es posible que se convierta en él único libro que día tras día a pesar de haber leído la misma historia quieras volverlo a recorrer.

Señor, te pedimos que nos des amor por tu palabra. Que podamos cada día disfrutarla como parte esencial de nuestras vidas. Que se convierta en uno de nuestros más poderosos refugios cuando no sabemos a donde ir o cuando todo parece estar perfecto. Danos sabiduría para entenderla y más de tu Espíritu Santo para comprender lo que nos quieres enseñar. Que podamos conocer más de Jesús y disfrutar mucho más de su compañía a través de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario